domingo, 3 de mayo de 2009

Blue in Green 

(No es un post sobre política. He elegido romper el hilo temático y había advertido en mi primer post que esto podía pasar. Sólo quiero escribir). 

Nostalgia y añoranza me trae la trompeta de Miles. Una y otra vez me concentro en la cadencia larga, en la melodía solitaria y melancólica. Me he percatado de la imagen placentera que me suscita, y que añoro calmadamente: una terraza bogotana (un mirador, para ser más exactos y para enriquecer el cuadro), una vista nocturna, una noche clara con las luces de la ciudad de fondo. Una bebida (un suave café, un recio tequila o una fría  y oscura cerveza). Una compañía: esa de la que no me cansaría nunca, con la que quisiera hablar durante las horas interminables de esa noche; con la que bailaría al ritmo de Miles: suave, lento, romántico, que dura pocos minutos, pero del que tendría un recuerdo grato hasta el día de mi muerte; aquella a quien abrazaría para resguardarla del frío, a la que le robaría un beso. Una mirada, una sonrisa: no de amor, por lo menos de complicidad. Una certeza: la de saber que no tengo que esperar nada más de los días siguientes, que puedo pasar la mañana recordando esta noche. "Blue in Green" se acaba, la nota final se alarga demasiado, lo suficiente para mantener la imagen y sentir que debo volver a escuhar a Miles, una vez más.